Ruta

Teníamos muchas ganas de ir a Malta, y cuando vimos que Ryanair volvía a poner vuelo no lo dudamos. Estuvimos una semana que quizá sea demasiado tiempo para visitar la isla, pero mandaban los días de los vuelos; aunque también hay que tener en cuenta, que en los viajes en autobús se va bastante tiempo, y algunas frecuencias son de una hora y además en invierno el día acaba bastante pronto. Pero tampoco está mal porque así te puedes permitir visitar los lugares que más te gustan un par de veces.

Visitamos la maravillosa fortaleza de La Valeta, con sus típicas calles con cuesta o escalera; y su vecina Vittoriosa con grandes vistas de La Valeta.

Los típicos lugares que hay por toda la isla, como la impresionante cúpula de Mosta, la tranquila Mdina, y la bonita estampa de Marsaxlokk con sus barcos.

Otros lugares, como los templos megalíticos de Hagar Qim, o los acantilados de Dingli; la Blue Grotto nos tuvimos que conformar con verla desde lejos.

También visitamos un poco la isla de Gozo, centrándonos en su capital Victoria con su Ciudadela, y la preciosa Azure Window en sus últimos días en pie; por desgracia es una imagen que ya no se puede ver, una semana después de estar allí se desplomó.

Fechas: 22 de febrero al 1 de marzo de 2017.

Ruta del viaje:
Día 1: vuelo y llegada a La Valeta.
Día 2: La Valeta.
Día 3: Mosta, Mdina, Rabat y Dingli.
Día 4: Marsaxlokk, Hagar Qim y Blue Grotto.
Día 5: La Valeta y Vittoriosa.
Día 6: La Valeta, Vittoriosa y Sliema.
Día 7: Isla de Gozo.
Día 8: La Valeta, Vittoriosa y vuelta.

Datos de interés

IDIOMA

Aunque existe el idioma maltés, y entre ellos lo usan, todos hablan perfectamente el inglés y no hay ningún problema en comunicarse con ellos.

El maltés tiene origen árabe, es lengua oficial desde 1936 junto con el inglés (antiguamente era el italiano y antes el siciliano); aunque su sistema de escritura no es árabe sino romano.

Las señales indicativas  están en inglés y en maltés, así que ningún problema tampoco.

Y además aunque no les preguntes, los malteses siempre están dispuestos a ayudarte, a nosotros en un par de ocasiones consultado el plano nos preguntaron si necesitábamos ayuda.

ENCHUFES

Hay que recordar que este país formó parte del Imperio Británico durante más de siglo y medio, y entre otras cosas conservan el conducir por la izquierda y los enchufes.

Así que se utiliza el enchufe tipo británico de 3 clavijas rectangulares. Aunque nosotros nos llevamos un par de adaptadores, en la casa había en prácticamente todos los enchufes.

Como curiosidad decir que en los enchufes hay un interruptor, sin el cual no  funcionan.

Foto: www.diariodeunlondinense.com

CLIMA

Sin que hiciera frío, pensábamos que Malta tenía un clima más cálido, pero no fue así, por el día las temperaturas máximas oscilaron entre 16-18, y las nocturnas algo más frescas entre 13-15; muy pocos grados de diferencia entre el día y la noche. Hay que tener en cuenta que en las zonas costeras suele hacer bastante viento, y también en La Valeta, al estar en alto, en algunas calles se nota bastante el viento.

TRANSPORTE

Nosotros cogimos la tarjeta de transporte válida para 7 días, en el aeropuerto antes de salir a la calle hacia la izquierda, hay una pequeña taquilla de la empresa de transporte que las vende, la de 7 días costó 21 €; la amortizamos de sobra, es válida también para la isla de Gozo.


Su red de autobuses llega a todas partes, pero las frecuencias a veces no son muy buenas, por ejemplo, del Aeropuerto a La Valeta son de 20-30 minutos que está bastante bien, pero a las zonas más alejadas de la isla, como Blue Grotto, suelen ser de una hora.

Eso sí, no hay problemas para orientarse, pues en las paradas están indicadas las próximas paradas hasta el final del recorrido y en el bus tienen en su interior un cartel luminoso que lo va anunciando.

Lo único que hay que tener en cuenta, es que de las paradas que pone en el cartel indicativo, luego hay más, esas que indica son las genéricas o importantes, luego tiene varias paradas; por ejemplo en un pueblo que haya varias, pues el cartel solo pone el nombre del pueblo, pero luego hay varias paradas. En los carteles también están los horarios.


Cuando se consulta en el web a simple vista aparecen las genéricas o importantes, pero hay un desplegable en cada parada, que si pinchas las ves todas.

Otra cosa es que a veces numeran las paradas, por ejemplo está Aeropuerto 1 y Aeropuerto 2, son simplemente dos marquesinas diferentes.

También hay que tener en cuenta que hay algunas paradas, en las que pasan los autobuses en las dos direcciones, así que hay que fijarse en el luminoso del autobús.





COMIDA

Una de sus cosas más características son los pastizzi, que es masa de hojaldre norlamente rellena de requesón o guisantes, pero también los hay de pollo y seguramente de algo más. Se pueden encontrar en bares locales llenos de lugareños y su precio puede ser de 30 o 40 céntimos. Deliciosos,sobre todo los de pollo; y lo mejor es que con 3-4 puedes comer.


Y luego están los platters que varían bastante, tanto de tamaño como de precio según los bares, en algunos es un pequeño aperitivo de fiambre que suelen acompañarlo de pan y algo más, pero en otros es lo suficientemente grande como para con uno cenar dos personas; su precio varía bastante, pero nosotros no los vimos por más de 15 o 17 €.



Un poco de historia

Su situación estratégica entre oriente y occidente (entre Túnez y Sicilia), hace que a lo largo de su historia haya sido colonizada por muchos pueblos, desde los fenicios, cartagineses, romanos, bizantinos, árabes y normandos. Pero lo que le dio su esplendor fueron los Caballeros.

Los Caballeros eran una orden religiosa católica fundada en Jerusalén en el siglo XI por comerciantes amalfitanos, con fines benéficos y piadosos. Inicialmente fueron conocidos como Caballeros Hospitalarios, y fundaron un hospital de peregrinos en Jerusalén, para posteriormente salpicar de hospitales la ruta de peregrinación a Tierra Santa.

Pronto se convirtieron en un ejército armado, que durante las cruzadas se enfrentaron con los ejércitos musulmanes; conquistando Jerusalén a mitad del siglo XII y convirtiéndola en la primera sede de la Orden.

Cuando la dominación cristiana de Jerusalén finalizó, con la conquista del sultán Saladino a finales del siglo XII, buscaron una nueva sede; conquistando a principios del siglo XIV la isla de Rodas. Pero fueron sitiados por  Solimán el Magnífico a principios del siglo XVI, y abandonaron la isla.

Acabaron dirigiéndose al emperador Carlos I de España para solicitarle la cesión de alguna tierra donde fijar su residencia, y así protegerían el Mediterráneo occidental del avance otomano; establecieron un halcón como pago de la renta anual; y por su parte estaban obligados a permanecer neutrales en guerras entre naciones cristianas.

Lo más destacado de la época de las Caballeros fue el asedio de 1565, en el que la isla en contra de lo esperado consiguió defenderse de los ataques otomanos.

Posteriormente transformaron Malta, construyendo la ciudad de La Valeta, que lleva el nombre del vencedor del asedio, el gran Maestre Jean Parisot de La Vallette. Fue una de las primeras ciudades europeas construida con planos.

Transcurrido el tiempo, en 1798 fueron expulsados por los franceses, liderados por Napoleón cuando se dirigían a Egipto; y prácticamente la Orden de los Caballeros de Malta se consideró disuelta.

En 1800 los malteses se rebelaron y pidieron ayuda al Imperio Británico, y Malta pasó a formar parte del Imperio, que cada vez se volvió más importante para los británicos por su situación estratégica en el Mediterráneo.

Desempeñaron una labor importante durante la Segunda Guerra Mundial, por su proximidad a las líneas de navegación del Eje, por dicho motivo de nuevo fue sitiada. Y el coraje de su pueblo, motivó a Jorge VI a otorgarle la Cruz de San Jorge, que hoy se ve en la bandera del país.


Malta se independizó en 1964, pero los británicos permanecieron en su territorio y mantuvieron el control total de los puertos, aeropuertos, correos, así como emisoras de radio y televisión; todavía Isabel II era la soberana de Malta.

En 1974 se convirtieron en República dentro de la Commonwealth (Mancomunidad de Naciones), con un presidente como jefe de estado.

Y fue el 31 de marzo de 1979 cuando se hizo efectiva la salida de los británicos, porque su gobierno rehusó pagar la tasa exigida por el gobierno maltes para permitir su estadía.

Finalmente el 1 de mayo de 2004 se adhirió a la Unión Europea.

Uno de los grandes legados de los caballeros, es la Cruz de San Juan, de ocho puntas, conocida también como Cruz de Malta; y es uno de los símbolos nacionales.


Día 1: vuelo y llegada a La Valeta

Salimos de casa sobre 10’30 y no había mucho tráfico, así que en menos de media hora llegamos. Esta vez también dejábamos el coche en un parking de estos que vienen al aeropuerto a recogerlo, pero cambiamos a Oliveral Parking, nos costó 38 € por los 8 días que iba a estar; cambiamos de compañía porque la que hemos usado otras veces costaba bastante más.

Una vez nos recogieron el coche, directos a facturación, y en seguida pasamos el control, nosotros una vez en los aeropuertos lo pasamos siempre cuanto antes. Luego mientras esperábamos la hora del vuelo, almorzamos unos bocatas de jamón, que junto con las bebidas costó 15’83 €.

El vuelo estaba en hora prevista, que eran las 13’10, teníamos prioridad de embarque, así que no habría ninguna prisa para embarcar; salió unos minutos antes. Vuelo tranquilo, y llegamos en hora también a las 15’30; la nota curiosa la dio una azafata a la llegada, felicitando a sus padres que iban en el vuelo.


La maleta salió bastante pronto por la cinta, y al salir, fuimos directos a por la tarjeta de transporte, cogimos la que es válida para 7 días y que cuesta 21 €, la compramos en un pequeño mostrador de la compañía, que se localiza con facilidad en la zona de la izquierda.

Luego a calle a esperar el bus, concretamente el X4 que nos llevaría en media hora más o menos a La Valeta, había bastante tráfico y el trayecto se hizo un poco largo porque el autobús iba lleno, y al ir de pie cargados en las maletas resultó algo incómodo.

Al llegar a la ciudad cogimos la vía principal Republic Street (en maltés Triq Ir-Repubblika), y cuando abrimos el plano para situarnos y ver donde teníamos que ir, una señora nos preguntó muy amablemente que buscábamos, y como no nos entendíamos hablando, a la pobre mujer le toco sacar las gafas de su bolso para poder leer; nos indicó, y resultó que estábamos en la misma calle que buscábamos, sólo nos faltaba encontrar la casa.

No tardamos mucho en llegar, más o menos a la hora acordada allí nos estaba esperando; tras despedirnos, fuimos directos a comprar a un súper algunas cosillas para el desayuno. Fuimos al que nos indicó el dueño de la casa, Wembley Store, en Republic Street, la verdad es por allí no vimos otro.

Luego ya nos instalamos, deshicimos la maleta en un momento y nos quedamos un rato. La casa estaba bastante bien, pero olía bastante a humedad y estaba bastante fría; y yo además tenía la sensación de que me estaba resfriando.

Sobre las 7’30 ya teníamos hambre, así que salimos a cenar, aunque por la hora más bien a merendar, o comer porque desde el almuerzo no habíamos comido nada. Muy cerca teníamos Café Jubilee, nos decidimos por un platter para compartir y un sándwich cada uno, pero el camarero nos dijo que era mucho, así que pedimos un plater (Bakers Delight) y luego un sándwich de pan maltés (Steak and Doble Cheese) que compartimos, junto con los refrescos y cervezas costó 24’50 €; nos gustó mucho, y además lo teníamos muy cerca de casa.




Luego volvimos a la casa, y como nos habíamos dejado el aire acondicionado puesto ya estaba más calentita. Nos entretuvimos un rato con internet, y contando a la familia que tal; y ya a dormir.

Día 2: La Valeta

El despertador sonó alrededor de las 8, desayunamos en el salón y sobre las 9’30 salimos hacia la Oficina de Turismo a por algún plano y algo de información que nos pudiera faltar, pero salimos con el plano y gracias, porque nos atendieron bastante mal, al preguntarle si hablaba español, dijo que no, que bueno puede ser; pero es que cuando le preguntábamos algo, solo contestaba sí o no, no sé cómo pueden tener a alguien así tan pasota en una Oficina de Turismo.

Comenzamos el día en otra de las vías principales, Merchant Street (en maltés, Triq Il-Mercanti).


Iniciamos nuestra ruta, y pensamos que la mejor forma de comenzar, era conocer la historia de Malta. En La Valeta hay dos películas que cuentan la historia de la isla, está Malta Experience y también Malta 5D con efectos especiales.

Nos decidimos por MALTA EXPERIENCE, que es un cine que muestra la historia de la isla en una película de 45 minutos, en varios idiomas, nos inclinamos por esta porque se explaya más en la historia y no se centra en los efectos especiales como la otra. Pero la verdad es que aunque la película estuvo bien, esperábamos algo más, porque con lo que vale, ya podían reformar el cine, y tiene unos auriculares muy antiguos; también tiene la pega de que la primera película empieza muy tarde. Pero si uno decide ir, es lo primero que hay que hacer para situarse históricamente. Horario lunes a viernes: cada hora de 11 a 16. Horario sábados y domingos: cada hora de 11 a 14. Precio 15 €.

Malta Experience incluye “SACRE INFERMERIA TOUR”, aquí un guía te explica que en su época fue uno de los hospitales más avanzados del momento (finales del siglo XVI), que sus habilidades en el campo de la medicina estaban muy avanzadas, utilizando incluso complejas técnicas quirúrgicas, y que además tenían unos criterios no discriminatorios muy raros para la época, porque admitían mujeres, esclavos y no católicos. Está localizado justo enfrente de la taquilla e Malta Experience, en The Knigh Hospitallers. La visita en verdad no muestra mucho, además hoy en día es un centro de conferencias, y allí estaban montando mesas y catering; con lo cual cuesta bastante imaginarse las cosas.


Yendo hacia la siguiente visita, ya nos íbamos haciendo una idea de las bonitas vistas.






La primera parada fue SIEGE BELL WAR MEMORIAL, dedicado a las víctimas de la Segunda Guerra Mundial, está presidido por una gran campana y la gigantesca estatua de un militar fallecido.

Visto desde Lower Barrakka Garden

Justo al lado está LOWER BARRAKKA GARDENS (Il-Barrakka t'Isfel), desde donde comenzamos a ver las grandes vistas que se tienen desde la ciudad.



Luego decidimos callejear un poco por las pintorescas calles de La Valeta, siempre subiendo, bajando o escaleras; junto las vistas, una de sus mejores cosas. Sus puertas y ventanas de fuertes y variados colores, llaman bastante la atención.








Para comer, ni había mucha hambre, ni queríamos perder tiempo, así que en uno de los primeros que vimos en Merchant Street nos quedamos, Café Cadena, un par de sándwichs y un par de refrescos 14 €; normalito pero acorde con el precio.



Nuevamente en Merchant Street, las típicas fotos, de las cabinas de teléfono y buzones estilo británico.




Los Caballeros de San Juan dividieron la Orden por lenguas, y cada una tenía su palacio, el ALBERGUE DE CASTILLA (Il-Berġa ta' Kastilja), que acogía a los caballeros de Castilla, León y Portugal. Actualmente es la Oficina del Primer Ministro.


Continuamos un poco más adelante hasta UPPER BARRAKKA GARDENS (Il-Barrakka ta' Fuq), que todavía tiene mejores vistas que el anterior, está situado justo encima de Saluting Battery, donde cada día a las 12 y a las 16 se dispara una salva de cañón, una ceremonia que se remonta a 1820 y servía para que los capitanes de barco pudieran saber la hora.




Luego visitamos LASCARIS WAR ROOMS, pequeño museo que consiste en una red de túneles y habitaciones subterráneos, que se crearon bajo la ciudad para coordinar y dirigir las operaciones militares durante la guerra. Fue cuartel general británico, en 1943 llegó a utilizarlo el General Eisenhower durante la Operación Husky (la invasión de Sicilia), y en 1967 la OTAN como centro de comunicación estratégico para la interceptación de submarinos soviéticos en el Mediterráneo. Tiene un audio guía que está muy bien, lo va explicando todo bastante resumido; también hay una película. Horario: 10 a 17. Precio: 12 €.





La entrada a Lascaris War Rooms está abajo, a nivel del mar por decirlo de alguna forma, nosotros llegamos desde Upper Barrakka Gardens, a la puerta de Saluting Battery, allí mismo compramos el ticket y nos indicaron por donde se bajaba. Así que luego hubo que subir para continuar las visitas.

Pasamos por la IGLESIA LADY OF VITORIES, que está muy cerquita del Albergue de Castilla, y como estaba abierta entramos; pequeña pero muy bonita.



Como todavía nos daba tiempo visitamos, PALACE ARMOURY (L-Armerija tal-Palazz), que es una de las mayores colecciones de armas y armaduras del mundo, las salas del museo eran originalmente los establos del Palacio; se puede ver abundante material de origen italiano, alemán, francés y español, incluso islámico y otomano. Horario: 9 a 17. Precio: 6 €.





No pudimos visitar PALACE STATE ROOMS, que es la sede de la Oficina del Presidente de Malta, porque en esos momentos estaba cerrada, debido a que durante el primer semestre de 2017, Malta tiene la Presidencia del Consejo de la Unión Europea.

Como ya eran las 5 y habían cerrado todos los museos, nos dirigimos hacia la otra aparte de La Valeta, HASTINGS GARDENS (Ġnien Hastings), desde donde se divisa Sliema y el Fuerte Manoel, el jardín está bien y es muy tranquilo, pero las vistas no son tan bonitas como las que habíamos visto durante la mañana; y además no daba el sol de cara. Eso sí, las casas de alrededor son bonitas.







Y luego con los últimos rayos de sol, nos dirigimos de nuevo a UPPER BARRACA GARDENS, para verlo con otra luz, y también más tranquilo a esas horas.








Tras esto a nuestra casita, un rato a descansar, mi resfriado había llegado, pero por lo menos no muy fuerte; aprovechamos para repasar la ruta de mañana, sobre todo los horarios de los autobuses.

Sobre las 8 salimos a cenar, a otro que nos pillaba también muy cerquita de la casa, Il Kapitali, tipo cafetería pero muy agradable, pedimos un par de platters, que junto con las cervezas y refrescos, nos costó 34 €; muy buenos los platters, en realidad lo que hizo subir la cuenta fueron las cervezas, que eran unas artesanales y valían su precio en oro, 6’50 € cada una.



Sobre las 9’30 volvíamos hacía casa, la noche estaba fresquita y no invitaba a dar un paseo. Un poco de internet, una serie en la tablet, y a dormir.